Este es un espacio dirigido a los estudiantes del Liceo Pedro Leandro Ipuche y Escuela Agraria de Santa Clara de Olimar, con recursos tanto para su uso en clase, como de apoyo a las tareas en casa...

miércoles, 14 de junio de 2023

Balance de la Modernización

“Al iniciarse en 1914 la Primera Guerra Mundial , la gran propiedad persistía, pero había cercado su entorno y eliminado a los pequeños poseedores que antes la asediaban; el lanar se había incorporado y ambientaba una clase media de arrendatarios y propietarios de relativo vigor; el vacuno criollo se había mestizado con las razas inglesas; los frigoríficos propiedad del trust de Chicago y de compañías inglesas había sustituido a los saladeros de los uruguayos, la carne refrigerada al tasajo, y los mercados europeos a los latinoamericanos; toda la producción rural tenía valor de intercambio y el alimento era ya monopolio de los dueños de la tierra y el ganado. La vieja población flotante (el gaucho) estaba atada al peonazgo, marginada en los llamados pueblos de ratas, o comenzaba a ser expulsada hacia la capital o el exterior. El Estado había consolidado su poder y concluido con las guerras civiles ahora más vistas por los estancieros-empresarios.

La sociedad uruguaya construyó una civilización ganadera, que nunca renegó de sí misma, fiel a la tierra y al animal como hostil al cultivo, en la que se mantuvo el peso económico, social y político de los grandes propietarios (…).

Analizada con la perspectiva de doscientos años, desde 1700 cuando nacía, a 1914, cuando afianzó su modernidad, llama más la atención los rasgos estructurales inalterados que las novedades (…).

Conservar y negarse con pasión a las transformaciones, puesto que toda sociedad productora de alimentos sabe que el cambio puede poner en tela de juicio su misión primaria (los autores sostienen que la modernización abarcó la zona del litoral del país, mientras que el norte mantuvo una economía tradicional, “rutinaria”).

El segundo rasgo, la estrecha dependencia de la demanda de las economías centrales, está en aparente contradicción con la anterior, ya que obligó a esta sociedad conservadora y a esta civilización ganadera a la modificación permanente.

El Uruguay, primero como región, la Banda Oriental, y luego como país independiente, creció, cambió y se estancó “volcado hacia fuera”, determinado por las fluctuaciones de la economía mundial regida por las naciones imperiales (…). Este “volcarse hacia fuera” generó un doble juego de desafíos del mercado mundial y respuestas del país rural. Estas respuestas, que nunca fueron automáticas y sin ofrecer resistencias, engendraron el tercer rasgo estructural, fruto de la combinación de los dos anteriores: el país de ciclos, de productos que reinaban el tiempo que los imperios decidían, pero nunca desaparecían totalmente (…). El ciclo del cuero al que pronto se incorporó el tasajo (1700-1860), el de la lana, el cuero y el tasajo (1860-1914), el de las carnes refrigeradas, la lana y el cuero (1914 hasta hoy). Ya la enumeración prueba la peculiaridad: ningún producto nuevo desplazó totalmente al precedente.

Esta inalterabilidad de los fundamental del medio rural uruguayo se debe a una combinación de tres factores: el mercado mundial, los rasgos originales de

la producción y la geografía del país (…). Ni el suelo ni el clima son los de la Pampa húmeda argentina. En el Uruguay la revolución del cereal fue imposible. Geografía y resistencias culturales de una sociedad pastoril, se combinaron para que el país continuara atado a su destino manifiesto: la ganadería.” Barrán y Nahum: “Historia política e Historia económica”, Ed. Banda Oriental, Mdeo., 2004, pp. 73 a 76.

1-  ¿Qué rasgos estructurales de la economía y de la sociedad uruguaya constituyen elementos de permanencia hasta la actualidad según Barrán y Nahum?

2- Confecciona un cuadro comparativo del Uruguay antes y después de la modernización que contenga los siguientes aspectos: economía y tecnología, sociedad, estado y educación.

La Modernización ha dejado como resultado un sistema productivo basado en la producción de carne para el frigorífico y de lana articulado a los nuevos mercados mundiales de alimentos y materias primas. Este sistema se sigue apoyando en la pradera natural y en el latifundio que sigue siendo eficiente.

El Reformismo Batllista merece algunas menciones por su ataque al latifundio, búsqueda de tecnificación, promoción de un uso más intensivo de la tierra y el período de nacimiento de la industria frigorífica

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